miércoles, 7 de enero de 2015


DESPERTAR DE LOS CUERPOS
Miraba de soslayo
tu cuerpo florecido...
y se encendía la tarde.
Sentados, frente a frente,
dejaste de ser niña
y adiviné tu cuerpo,
e imaginé mis manos
labrando un surco eterno
donde enterrar mis labios,
semilla prometida,
fulgor, incandescencia,
 
desgarro, el más primario.
Sentí, azul, "La Ribera",
“El Piedras”  la inundaba;
yo me sentí aterrado;
los ojos de  la infancia...
se nos tornaron ganas
y apacigüe la angustia
mirando hacia otro lado.
Crecía la herida abierta,
mi voz era un temblor,
mi vida había cambiado.
Y allí, nuestras miradas,
crisálidas ardientes,
se prometieron tanto:
los claros de la luna,
las bocas, ¡de por vida!,
Y no morir de viejos,
mejor matarse amando,
envueltos en sudor,
envueltos en gemidos,
y perecer exhaustos.

Paco José González

2 comentarios:

  1. Precioso "despertar de los cuerpos"
    Me ha encantado, Paco José.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias tardías jajajja, pero mil gracias, Carmen por leer mis poemas.

      Eliminar

  LA RABIA DE MI VOZ ¡Mi grito!... la voz sin tiempo, De alimaña fiel lamento, De aniquilado la muerte De la vida carne cruda, Atracones d...